"Live Free or Die Hard"

Tal vez algunos se preguntarán “¿qué tan avanzado estoy con los trámites para irme?”. Buena pregunta…pero vamos por parte, porque esto tiene sus pasos y todo comienza con: La Decisión.

Está claro que quiero irme y punto. Laboralmente estoy estable en Caracas. Tengo, junto a un socio, compadre y amigo; un estudio creativo que ha ido cosechando grandes éxitos, pero que no son suficiente para vivir como quiero vivir: tranquilo! Ya leyeron sobre mi divorcio con Venezuela (artículo anterior), entonces creo que no hay mucho más que decir al respecto.

Y entonces? A dónde irme? Porqué Canadá? Pues para mi esta fue la única opción y aquí les cuento la historia…

Cuando yo tenía 12 años tuve la oportunidad de vivir junto a toda mi familia, 2 años en Waterloo, Ontario; gracias a una beca que le otorgaron a mi padre para estudios de post grado. Regresamos a Venezuela y casi 10 años después de aquella experiencia que nos llenó de vivencias y un nuevo idioma; toda mi familia (madre, padre, hermana mayor, hermana menor y hermanito en su época) decidieron regresar a Waterloo, esta vez con su visa de residente para quedarse. Ya hace 14 años de aquella decisión y hoy, hasta canadienses nacionalizados son. Sus inicios en aquellas tierras del norte no fueron tan bonitos y fáciles pero con el tiempo se adaptaron y han logrado tener una vida tranquila, en paz, sin mayores problemas y con mucho potencial por delante.

En cuanto a mí, no me fui con ellos por querer probar la independencia y por contar con una excelente oportunidad laboral. Mis años de orfandad temporal no han sido malos ni me arrepiento de haberlos pasado en Venezuela, sin embargo ya esos momentos son historia.

Teniendo a toda mi familia en Canadá es muy fácil imaginarse cuál ha sido el destino de la mayoría de mis vacaciones. En muchas oportunidades mis navidades han sido invernales pero con un confortable calor de familia; momentos que me han permitido echarle un vistazo a algunos rincones de Canadá y tantear su cultura, su clima, su gente.

Mi opinión sobre Canadá, siendo turista nunca fue la mejor. Obviamente Canadá es un paraíso del desarrollo, de la seguridad, cultura, sociedad, tolerancia y por décadas ha estado entre los primeros países ideales para establecerse…pero particularmente siempre dije que no la veía como un lugar para mi…y esta opinión se basaba básicamente en su invierno, que no sólo pega en los huesos sino en la gente, convirtiéndola en seres grises que me transmiten mucha tristeza. Sin duda mis visitas a Canadá me enseñaron que el clima afecta a la gente de tal manera que mientras en verano son los más fraternales y la sana euforia prevalece en ellos, el invierno por el contrario, les nubla el alma y enfría los sentimientos. Esto último contrasta demasiado con mi personalidad tan del trópico! muy conversador, amiguero, jodedorsito pues!

¿Qué otra opción tengo? A estas alturas no me veo comenzando desde cero en un país que no conozca tanto, por ende están sólo Venezuela o Canadá…pros versus contras de cada uno y “voilá”

Los tiempos han cambiado y con ellos mi madurez, mis prioridades y mis opiniones. Después de haber vivido y sobrevivido los últimos tiempos en Venezuela, digamos que he llenado mi tanque de ese calor tropical que tanto me gusta y creo que un invierno al año ya no es gran cosa comparado con todos los beneficios y oportunidades que puede brindar Canadá. La decisión está tomada y sin duda alguna, quiero que Canadá con su primavera, su verano, otoño e invierno congelante llenen mi futuro con su libertad, calidad de vida y como “bonus track”, la alegría de estar más cerca de mi familia.

¿Qué haré allá? Es algo que no puedo asegurar pero sí tengo planes trazados que compartiré en uno de los próximos artículos!

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Live Free or Die Hard: El legendario “John McClaine” regresa en esta cinta del 2007 para demostrarle al mundo que sigue siendo “Duro de Matar” en la peor de las películas de la serie.